Abandonar la oficina, el trasiego diario, los horarios, los semáforos, las prisas, los empujones…, no tiene por qué ser sinónimo de dejadez. De igual forma que nuestro intelecto y nuestra paz interior no deben bajar la guardia, en cuestión de estilo:
No hay una segunda oportunidad para una primera impresión.
Nuestra wishlist de vacaciones no debe defraudar. Y, por tanto, no hay que bajar la guardia y abandonarse al “total, no me va a ver nadie”. Tal vez no nos crucemos con alguien conocido (aunque, no sé si lo incluye la ley de Murphy, y si no, lo incluyo yo: basta con irte a la otra punta del planeta para tropezarte con tu vecino del quinto), pero queremos seguir gustándonos a nosotros mismos e ir derrochando estilo allá por donde pasemos. Otra cosa no, pero el estilo podemos repartirlo a raudales sin que ello nos afecte negativamente; todo lo contrario. Así que a seguir regalando clases de elegancia y sofisticación, ya sea sobre la arena de la playa, bien en un yate en alta mar (nunca se sabe).
Tampoco vestir con estilo debe ser sinónimo de cuatro maletas a punto de explotar, dos bolsas de mano, un neceser gigante, shopping bag y bandolera. Para hacer nuestro equipaje hemos de seguir la máxima de: poquito y combinable. Es decir, prendas que nos sirvan para casi cualquier ocasión y que se pueden mezclar entre ellas. Yo, por supuesto, me he imaginado un destino paradisíaco, de altas temperaturas y largos paseos, admirando la puesta de sol y tomando mojitos y zumos de frutas sin parar.
Y para seguir este “ritmo agotador” (¡bendito agotamiento!) hemos de empezar por un buen calzado: cómodo y estiloso. Hemos podido observar los mil y un modelos diferentes que Aquazzurra firma en infinitas imágenes de “street style“. Pero lejos de producir hartazgo, cada vez nos gustan más. A mí, por lo menos. De modo que no podían faltar unas sandalias de este tipo.
Maxi capazo para largas jornadas a la orilla del mar, en una cala desierta o sobre una tumbona de cualquier chiringuito cool. Mochila para patear paseos marítimos y recorrer en Vespa los paisajes con más encanto. Y bandolera mini para noche de terracitas, apta para sujetar nuestro refresco preferido en una glamurosa copa y mover el esqueleto al son de la música, bajo la luz de la luna. Tres elementos que no nos pueden faltar en nuestras vacaciones y que Lameretriz nos pone al alcance de nuestro ratón.
Eugenia Kim remata con tul este sombrero de alfombra roja, indispensable e inseparable en un viaje de ensueño.
La típica camisa blanca sin mangas y anudada a la cintura ha vuelto para triunfar. Equipment abandera este modelo, aunque hay un sinfín de posibilidades, dependiendo de cada presupuesto. Bimba y Lola añade el toque étnico con este collar. Parece ser que las típicas camisas de corte masculino y look de oficina se han vuelto uña y carne de los complementos más hippie.
El conjunto perfecto se consigue con unos simples shorts desgastados, como éstos de Topshop. Aunque el denim puede bailar sólo si te enfundas en un mono como éste, con “cut out” incluido, según Estella McCartney.
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