My worth - Lo que valgo
Que vivimos en una sociedad en la que la importancia de la imagen es cada vez mayor no es algo que nos venga de nuevas. Desde hace siglos, mujeres y hombres han intentado ajustarse, con mayor o menor éxito, a los cánones de belleza que se estilaban en cada una de sus épocas y en la actualidad esto no ha variado ni un ápice. Sigue importándonos, y mucho, la imagen que proyectamos hacia los demás y el como ellos nos perciben. A mi esto no me parece mal, que conste en acta que soy la primera que se "arregla" por las mañanas para ir al trabajo y me gusta verme mona con mi máscara de pestañas, mi colorete y mi BB Cream favorita; empecé a hacer deporte para mantener mi peso a raya - ahora ya sabéis que mi motivación es competir contra el crono - y he decidido cuidar mi alimentación convirtiéndolo en un estilo de vida que me ayuda a mantener mi bienestar personal.
El problema es cuando esa importancia que damos a nuestra imagen se lleva a límites excesivos. El thigh gap - el famoso hueco entre los muslos que impide que estos ni tan siquiera se rocen -, amputarse el dedo meñique de los pies para ponerse unos tacones con mayor comodidad, llevar corsé al más puro estilo del siglo XVI para estrechar la cintura, el bikini bridge - hueco que queda entre el hueso de la cadera y el bikini - , son solo algunos ejemplos de como la obsesión por la imagen ha llegado a un punto muy peligroso que puede poner al límite la vida de muchas personas en su gran mayoría adolescentes y mujeres jóvenes.
Stop the Beauty Madness es una campaña lanzada a modo de parodia que pretende denunciar, a través de una serie de imágenes, la influencia negativa que puede llegar a tener la publicidad y el mundo de la moda en la percepción que podemos tener de nosotras mismas, haciendo ver de alguna manera que el éxito de una mujer radica únicamente en su aspecto físico y llegando cada vez más a edades más tempranas.
¿Qué está mal en esta foto? Absolutamente nada.
Por supuesto que tengo una relación. Con mi báscula.
No soy anoréxica, no estoy enferma, no soy afortunada. Soy delgada, es un tipo de cuerpo.
¿Mis activos? Los estás viendo
¿Qué me gustaría ser cuando crezca? Guapa
Adivino que no esperas que me convierta en médico cuando crezca
En definitiva, prejuicios que en más de una ocasión hemos sufrido en nuestras propias carnes o, mucho peor, hemos pensado de alguien determinado. Por suerte y tal y como dice Robin Rice, autora de esta campaña, cada vez más mujeres abogan por una belleza más real, sin artificios, sin filtros y sin obsesiones, aceptándose tal cual son y dándole la importancia necesaria al cuidado de nuestra imagen.
¿Conocíais la campaña Stop The Beauty Madness? ¿Creéis que la obsesión por la imagen tiene los días contados?
Para más información puedes consultar mi perfil de Google+ de Blanca Cabrerizo o contactar conmigo en theblancheblog@gmail.com