Por fin DICIEMBRE.
Desde que tengo uso de razón es la etapa más feliz del año.
La cuenta atrás hacia la Navidad ha comenzado y hay vía libre para poner en casa los adornos. Adornos navideños que este año centralizaré en la entrada de mi casa, junto a la cómoda que por fin he terminado de restaurar.
Es, con el trono, la pieza que más trabajo y tiempo me ha llevado, pero también una de las que más orgullosa me siento.
Aunque no todo el apego que siento por ella viene de las horas que he invertido poniéndola bonita, sino fundamentalmente de que es una herencia de la abuela de mi marido, y eso la hace muy especial.
Ya os hablaba hace unas semanas de que darle una lavado de cara a algunos de nuestros muebles heredados puede ser una gran idea para adaptarlos a los nuevos gustos e integrarlos en la decoración de las casas de hoy en día.
Desde que la recogimos, tenía claro que quería darle un cambio de look bastante radical, pero que fuera del todo con la personalidad de de la pieza, tan barroco, con todas esas volutas.
Adoro el estilo romántico y pensaba conservar los tiradores originales dorados porque me parecen una maravilla, pero por otro lado tampoco me apetecía que fuera un mueble muy cursi, por eso equilibré el tema con el acabado desgastado de la madera pintada. Lijé estratégicamente en bordes, cantos y sobre la superficie superior.
Para el interior de los cajones escogí un tono tostado con la idea de que al abrirlos se viera el contraste con la superficie de fuera. Finalmente le di algo más de énfasis pintando también los bordes de dorado, a juego con la moldura del frente.
Pero antes de todo esto bonito que os cuento tocó comenzar con el trabajo más agotador, lijar el mueble de cabo a rabo. Duro, pero también una manera muy efectiva para descargar tensiones. UNA AUTÉNTICA TERAPIA.
Me hace mucha ilusión compartir con vosotros las fotos de un proceso con el que he aprendido y disfrutado como nunca.
Lijado a mano de la pieza
Pintado
Pintando los detalles de dorado
Toque final con efecto desgastado en los bordes y superficies
¿Qué os parece? Yo estoy absolutamente enamorada...
No puedo dejar de pensar en cómo quedaría una corona de adviento encima a modo de recibimiento en la entrada de mi hogar.