Ingredientes:
Lo primero es hacerse con un arsenal de horquillas del color de nuestro pelo para que se vean lo menos posible.
Pelo artificial de nuestro color o en su defecto (que no todas tenemos pelo artificial en casa) Tul del color que más nos convenga.
Y por supuesto laca, gomina, cera o con lo que mejor nos apañemos.
Entonces, una vez que tenemos todo preparado, es tan fácil como coger el tul y hacerlo "Una bola".
Agachamos la cabeza y lo ponemos a la altura a la que queramos el moño.
Si somos hábiles podemos sujetarlo con una mano y con la otra ir juntando el pelo para hacer una coleta, si la habilidad no es una de nuestras especialidades podemos sujetarlo con unas horquillas (no muy profundas para sacarlas después) y hacernos la coleta con el tul dentro.
El nivel de firmeza tiene que ser lo suficiente como para que no se nos abra mucho el pelo y se vea el tul, pero tampoco exagerado para no aplastar el tul y conseguir volúmen.
Bien, ya tenemos la base.
Ahora con el pelo que nos queda, empezamos a retorcelo y nos hacemos un pequeño roete que enroscamos alrededor de la goma para que no se vea, y ponemos horquillas como locas hasta que esté sujeto.
Después solo nos queda fijar los lados (si tenemos capitas) o el flequillo hacia atrás con gomina, espuma, laca, horquillas... o lo que veamos necesario.
Y ecco, ya tenemos un super moño.
Si no queremos que el volúmen del moño salga desde el flequillo, y queremos la parte de alante tensa y pegada a la cabeza, hacemos lo mismo pero antes de poner el tul, nos hacemos una coleta tirante, y el tul se colocará en la raíz de la coleta.