Ir al gimnasio no solo es hacer deporte y punto, hay un montón de historias de Gym divertidas y no tan divertidas que pueden surgir.
A veces creemos que hay cosas que solo nos pasa a nosotras ¿Verdad?, pues hace poco lo comenté con algunas compañeras de trabajo y todas teníamos una historia bastante vergonzosa e incomoda para compartir, y la verdad, son momentos en los que una se alivia sabiendo que no está sola .
Voy a compartir algunas de estas experiencias, puede que tú tengas otras historias divertidas que si te ánimas puedes dejar en los comentarios.
1. No tener ni idea de cómo usar el equipo e intentarlo de todas formas… y darte cuenta que hay un montón de gente observando divertida
No daré nombres, puede que alguna sea de cosecha propia, pero lo dejo en interrogante. De hecho, puede que varias, pero no pienso testificar sin la presencia de mi abogado
“Menudo golpe en la cabeza con la barra haciendo polea tras nuca y se dieron cuenta todos”. Y, encima justo, la radio no estaba puesta y el ruido se escuchó bien fuerte.
“Me encontraba haciendo un ejercicio en una máquina en la que se levanta el cuerpo, solo que no sabía que tenía que poner un contrapeso, empiezo, mi cuerpo se eleva, y la máquina no baja... y no había nadie para ayudarme en ese momento, 10 minutos suspendida”. Esto pasa por ir a las horas en que no hay nadie.
2. Percance con la ropa deportiva
A veces la clases son intensas, y nos emocionamos y lo queremos dar todo ¿Verdad?, bueno pues la siguiente protagonista se dio cuenta a mitad de la clase de spinning que la camiseta se había movido hacía el lado y que el pecho derecho (protegido por un sujetador deportivo, por suerte) se había quedado al aire.
Me coloque los pantalones para hacer Yoga de color verde brillante, muy bonitos. Lo malo fue que al realizar ciertas posturas se transparentaba la ropa interior, como no, también con estampados muy brillantes.
3. Tropezarte con la última persona a la que deseas ver
Una vez me apunte a una clase gratuita para probar y apareció un antiguo novio al que no veía hace mil años.
Me encontraba corriendo en la cinta, cuando ya llevaba la mitad del tiempo que el instructor me había dicho, se acercó un chico y me hizo una señal para de que quería hablar (estaba con los cascos a tope). Estaba un poco en shock porqué estaba segura que no había superado mi tiempo en la máquina y aparte, habían un montón libres. Baje la velocidad y el chico ¡Me dijo de salir a cenar!, ¡yo estoy comprometida!, el resto del entrenamiento fue bastante incómodo.
4. Estar tan cansada que te quedas dormida
Esto si lo reconozco y es de cosecha propia ¡Me quedé dormida en unas colchonetas de Yoga por más de media hora!, además en un lugar público. Estaba cansada, no había dormido bien, eran ya una hora muy tarde, y en el descanso de una serie me quede frita, tal cual. Me hicieron fotos además.
5. Mirar a un extraño y que se dé cuenta
Había un hombre bastante atractivo haciendo ejercicios de pesas, pensaba que no me veía y lo estaba mirando a través de los espejos. Levantó la mirada y me pillo de lleno, me puse nerviosa y disimule tan bien que terminé tropezándome y cayendo sobre mi trasero. De anónima y tímida.
6. Llevar prendas que no son las adecuadas
Ir a una primera clase de Gym con leggins de algodón o camisetas que no son transpirables le ha pasado a todo el mundo, creo yo. El algodón es super cómodo para usar en la oficina o para ir a tomar algo, pero para hacer deporte, mejor ropa transpirable. El algodón al retener la humedad se empapa y se vuelve muy pesado.
7. Que te señalen en una clase
Esto es la pesadilla de toda novata de Gym, ser señalada en la clase cuando lo único que quieres es pasar desapercibida. No hay nada más incomodo para una primera sesión que un instructor que se concentra demasiado en una todo el tiempo, mirando con lupa cada uno de los movimientos.
Y hasta aquí las pequeñas batallitas de gimnasio que tenía para contar, seguro que me dejo muchas historias. Si a ti te ha pasado algo divertido, puedes escribirlo en los comentarios y reírnos juntas.
Mi primer post.