2. Usa siempre protección solar. Lo mejor es utilizar crema de día con protección solar.
3. Exfóliate la piel, una vez a la semana. Si tu piel es sensible o seca al menos deja pasar unas cinco semanas. Con la exfoliación se eliminan las escamas de la piel y aumenta el riego sanguíneo.
4. Las mascarillas relajan y cuidan. Aplícate una mascarilla hidratante como mínimo una vez a la semana. Busca la que sea adecuada para tu tipo de piel.
5. Debes mantener una dieta equilibrada y saludable, con un consumo abundante de frutas y verduras y las menores grasas posibles.
6. Evita el consumo del tabaco y el alcohol. Toma poca cafeína y consume muchas vitaminas, que son las que se encargan de mantener terso el tejido conjuntivo y radiante de la piel.
7. Duerme al menos 8 horas diarias. Por la noche es cuando la piel se regenera y la división celular se reactiva.
8. Evita, en la medida de lo posible, el estrés y la ansiedad.
9. Bebe de 2 a 3 litros de agua al día.
10. Controla la aparición de lunares, manchas y otras irregularidades de la piel, y acude al dermatólogo ante la menor duda.