Liso, rizado, fino, grueso, coloreado, natural… No importa cuál sea tu tipo de cabello; consigue de una vez por todas aquel por el que has suspirado tantas veces. Y es que el cabello es muy agradecido, y en el momento en que empiezas a darle lo que necesita vuelve a mostrarse radiante. Para conseguir un cabello sano debemos comenzar utilizando un buen champú y acondicionador. Hay que apartarse de aquellos productos que contengan sustancias químicas y utilizar champús y acondicionadores libres de sulfatos, fosfatos y parabenos.
No se puede pedir peras al olmo, ni milagros a un cabello maltratado. Descubre cuáles son los principales enemigos del pelo en invierno y mantenlos a raya para poder presumir de una melena sana y bella.
Agua caliente. Deshidrata, favorece la caída y provoca descamación del cuero cabelludo, que a menudo se confunde con caspa. Solución: dúchate o báñate con el agua tan caliente como quieras, pero protege el cabello con un gorro de ducha y lávalo con agua más bien templada una vez hayas terminado.
Deshidratación. Durante el invierno solemos beber menos, lo que favorece que la hebra capilar se reseque. Recuerda beber agua frecuentemente, lo notarás en la salud de tu pelo.
Accesorios para la cabeza. El uso constante de gorros, sombreros o boinas hace que el pelo “no respire” siempre en la misma zona. Ve cambiando de modelo, lávalos a menudo para evitar la proliferación de hongos y no los uses con el pelo mojado.
Exceso de grasa. En los meses de invierno se suele reducir la frecuencia de lavado, lo que puede provocar un aumento de la grasa en el cuero cabelludo. Para evitarlo, mantén los mismos hábitos de higiene todo el año.
HÁBITOS DIARIOS A DESTERRAR
Recogidos muy tirantes. Coletas, moños y trenzas muy tirantes estresan el folículo capilar al mantenerlo en tensión y lo debilitan mucho.
Cepillar en mojado. En lugar de intentar desenredarlo con un peine o un cepillo cuando te lo laves, hazlo solo con los dedos o, si no te apañas, con un peine de púas anchas y mucho cuidado.
Frotar con la toalla. Seca presionando suavemente para que la toalla empape y absorba el agua. Frotar el cabello solo consigue electrizarlo y favorecer que se rompa.
Dormir con el pelo recogido. Lo estresa y no permite que respire.
LOS 10 MANDAMIENTOS DE UN PELO PERFECTO
Cepilla siempre en seco y antes de lavarlo, ya que el cabello húmedo es mucho más frágil. De esta forma te asegurarás un desenredado seguro sin roturas.
Limpia peines y cepillos con regularidad. La suciedad que se acumula en ellos daña el cabello y le resta brillo.
Elige el champú según tu cuero cabelludo. No te guíes por tu tipo de pelo, sino por la necesidad del cuero cabelludo.
Lava solo las raíces. No es necesario aplicar champú ni frotar el resto de la melena, con el champú que cae de medios a puntas desde la raíz es más que suficiente.
Si lavas tu cabello con frecuencia no reapliques el champú. Si te gusta lavarte el pelo a diario o cada dos días, haz una sola aplicación de champú y aclara a fondo.
El aceite capilar es básico, ya que desenreda, nutre y aporta brillo. Aplícalo en medios y puntas.
El lavado debe durar tres minutos como mínimo. Aplica el champú, masajea el cuero cabelludo y añade agua poco a poco para emulsionar mientras sigues masajeando. Realiza estos pasos durante tres minutos para beneficiarte de todas las propiedades del producto y asegurarte de que raíces y cuero cabelludo quedan realmente limpios.
Aplica la mascarilla según tu tipo de pelo. Nunca la apliques sobre la raíz o perderás volumen.
Adapta tu ritual capilar en función de donde estés. El clima y el tipo de agua afectan a tu cabello y a su estado. Ojo con las aguas duras.
Protege el cabello. Nunca lo seques sin haber aplicado antes un protector térmico sin aclarado y puntas.
Siguiendo estos consejos conseguiréis un cabello sano y con ello la melena que deseáis.
Podéis dejarme vuestros comentarios con vuestras dudas o cualquier cosa que queráis comentarme.
Nos vemos la próxima semana.
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