El bolso-columpio
No importa de qué marca sea tu bolso ni de si es frágil o resistente, a tu hijo eso le da igual y se va a colgar de él todo el rato. Seguro que si eres una mamá fashion con experiencia alguna vez has tenido que coserles las asas de tanto tirón. Además, para los más pequeños tu bolso es algo así como el cofre del tesoro pirata, lleno de cosas brillantes y maravillosas que no tienen ni idea de para qué pueden servir. Y en este sentido, alguna vez hemos llegado a casa y descubierto a nuestros hijos con la cara pintada por nuestros cosméticos. Y es que cuidarse está en los genes.
Los carritos de bebé
Otro de los grandes problemas que tienen las madres es el dichoso carrito de bebé, cada vez más seguro y con mejores prestaciones, sí, pero también más pesado y enorme. Por ejemplo, en la mayoría de los probadores de tiendas de ropa no caben estos carritos, lo cual es un problema, porque o bien dejas que el resto de personas de la tienda te vean mientras te cambias o mantienes a tu hijo fuera del alcance de la vista. A veces, la única solución que tenemos es comprar lo primero que vemos y ya descubriremos en casa si nos queda bien o hay que descambiarlo.
Adiós a las joyas
Al igual que los bolsos, tus joyas atraen la atención de tus hijoscomo pocas cosas lo consiguen. Y sí, también se cuelgan de ellas. Imaginamos que será por su color, su brillo… o por esa capacidad que tienen de darnos donde más duele. Sea como sea, ya sabes que si quieres lucir tus collares te arriesgas a que se queden en las manos de tus hijos.
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