El corte estaba ya totalmente indefinido, y es que ni sé el tiempo que hacía que no iba a la peluquería… Por su parte, las canas ya iban necesitando también un repaso, así que ya que nos ponemos, lo hacemos todo!
Saneo bueno de puntas y alzada de capas, para conseguir así mas comodidad, más volumen, menos peso, menos enredos.
En cuanto a color, ya tenía bastante raíz de cana, de apetecía volver a mi rojo, pero como siempre, no quiero decolorar sobre todo por lo frágil que tengo ahora mismo el pelo, así que tenía que ser algo sencillo. También me apetecía rizo pero tampoco podía ser el mismo motivo.
Al final elegimos un rojo (no sé de qué marca), sabía que se me iba a notar bastante más arriba (porque en la cana blanca coge mucho mejor y más puro) que de medios hacia abajo donde tan sólo me iba a dar un poco de brillo, pero me apeteció.
Así que después de una hora y media y un poco de parloteo, así queda el resultado, bastante más corto, más cómodo, más sano y más rojo.