A ti, que pasaste por éste camino,
A ti, que tuviste noches sin dormir,
A ti, que dijiste no puedo más,
A ti, que luchaste y fuiste más fuerte que ésta enfermedad,
A ti, que miraste al Cielo y todo tu ser, alma y corazón vieron una esperanza,
A ti, que confiaste en él y saliste victoriosa,
A ti, que aún estás en medio de éste camino,
A ti, que sufres cada día,
A ti, que crees que todo se terminó,
A ti, sólo mira al cielo…hay un Dios,
A ti, nunca olvides que:
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Puedo decir ésto porque en mí familia vivimos ésta experiencia y salimos victoriosos en Dios. Quizas algún día se las pueda contar.
Fuente: este post proviene de once on the street, donde puedes consultar el contenido original.
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