Camisa estampada, Mango (14.99€) Bandolera de piel, Malababa (296.00€) Gafas de sol, Valeria Mazza (79.90€) Sandalias blancas, GUESS (72.50€) Pantalón de rayas, Blue Seven (39.95€) Blusa crema, Sfera (18.15€) Pantalón rosa, Topshop (54.99€) Collar, Uterqüe (41.30€) Sandalias verdes, ASOS Design (44.99€) Clutch de rayas, PDH (149.00€) Chaqueta de tweed, Zara (39.95€) Camisa de cuadros, Uterqüe (55.30€) y falda de tweed, Zara (25.95€)
Con el paso del tiempo, la moda ha cambiado. Creo que ahora nos encontramos en una de las etapas más divertidas para la industria. Si hace no tanto tiempo era un verdadero pecado no combinar el color de tu bolso y zapatos, en la actualidad las mezclas más arriesgadas se han vuelto el foco de atención de cualquier fashionista que se precie. Vivimos en un momento en el que el famoso mix and match impera en la industria. O lo que es lo mismo, combinar prendas que no tienen nada que ver la una con la otra. Y, aunque en un principio te pueda parecer un tanto complicado, hoy te traigo tres trucos para conseguir este tipo de estilismos sin caer en la exageración.
La primera opción, y la más sencilla, es comprar un total look que tenga el mismo material o estampado, y añadir una fuente de tonalidad diferente en las prendas restantes. Una idea con un resultado muy divertido que nos permite no comernos demasiado la cabeza. En el siguiente paso tendríamos los juegos con los bloques de color. Apostar por prendas lisas pero con distintos pigmentos. Una camisa crema, pantalones rosas, zapatos verdes... pudiendo añadir un print en una de las piezas o accesorios, para elevar el look sin fallos. Y por último, si lo que quieres es un mix and match completo pero no quieres excederte, elige prendas estampadas con el mismo color de fondo. De esa manera, y pese a que las impresiones no tengan nada que ver, concordarán a la perfección con la base como nexo.