Lo primero de todo, tenemos que tener claro que si no hemos hecho deporte antes debemos empezar progresivamente y por supuesto no todos los días de la semana. Lo ideal para principiantes es comenzar con el running tres veces a la semana en rutas conocidas.
Partiendo de la base del punto anterior, si vamos a empezar con tres sesiones de running a la semana, lo ideal es que la última sesión sea más fuerte que las otras dos anteriores, es decir que el esfuerzo vaya creciendo.
Ahora vamos a tener en cuenta el tiempo, en este tema es muy importante no obsesionarse, si no hemos hecho running de manera más o menos continúa, es normal que al principio nos cueste llegar a la hora, por ello podemos empezar con sesiones de 30-40 minutos, lo que nuestro cuerpo aguante.
Es muy importante, de cara a evitar lesiones, que antes de comenzar cada sesión de running hagamos unos pequeños ejercicios de estiramientos, haciendo especial hincapié en piernas, rodillas y tobillos. Además, al comenzar es bueno que los 10 primeros minutos vayamos al trote para que nuestro cuerpo adquiera la temperatura idónea, una vez transcurrido ese tiempo, podemos aumentar la intensidad de nuestra sesión de running.
Según vayan pasando las semanas podemos ir aumentando el tiempo o los kilómetros de nuestra sesión de running. Una vez más, no nos debemos obsesionar con esto, lo ideal es no subir más del 50% de los kilómetros que hayamos hecho la semana anterior. Esto quiere decir, que nuestro aumento de una semana a otra debe ser progresivo.
Cuando nos iniciamos al running es normal que al principio sintamos que nos falta el aire, por eso hay que concentrarse en la respiración, encontrar nuestro propio ritmo, por ejemplo podemos marcarnos la respiración en tres tiempos. Una vez tengamos más experiencia en el running veremos como lo hacemos de manera automática, por ello es importante coger un buen hábito al principio de iniciarnos al running.
Una vez terminada nuestra sesión de running no olvidemos estirar los músculos ejercitados, durante unos 5-10 minutos. Es importante que el cuerpo se recupere para afrontar la siguiente sesión la forma más optima, por eso una ducha reparadora después de nuestro entrenamiento es ideal.
Lo bueno del running es que nosotros elegimos nuestra rutina de ejercicio, si que es bueno que tengamos en cuenta algunas consideraciones. Por ejemplo, si decidimos ir por la mañana, no olvidemos desayunar antes y esperar un tiempo prudencial antes de salir a correr. Si por contra vamos por la noche, mejor que no se aproxime a las horas de sueño, ya que nos costará más descansar al estar nuestro cuerpo todavía activo.
Y para terminar, nos debemos exigir constancia, tener claro desde el momento que nos iniciamos al running que en tres meses no vamos a conseguir lo que no hicimos durante un año. Pero si nos "enganchamos" al running para siempre veremos la cantidad de beneficios, no solo estéticos, que conseguiremos con este deporte.