El que odia ponerse el primero de la fila en clase y el que le encanta quedarse el último en cualquier fiesta. El que prefiere una cerveza de euro en buena compañía que cualquier compañía en un bar caro. El que nunca le puede faltar Rosana y llorar por todo. El que trata mal las emociones, lo mismo las pisotea que esta eufórico de felicidad. El que nunca se mete donde no hace pie...pero los charcos, no me dejo ni uno. Adicto a los planes. A una aguja y dedal. El que tiene un libro completo de buenos consejos para los demás y nunca sabe aplicárselos a él. Irónico, a veces. El de la autoestima regulera. Al que le encantaría a Toulosse. Y cualquier libro de poesía con un café con leche en taza. El de las conversaciones de corazón que termina con un abrazo de crujir huesos.
El que piensa que Agosto viene para quedarse todo el año, y el que piensa que existen personas que son agosto, el mes perfecto, todo el año.
Un puto desastre, que diría mi hermana. Pero me encanta Septiembre y todo lo que conlleva.
Septiembre es un mes de cambios. Donde comienza una nueva etapa. Por suerte, cada Septiembre, mi vida da un giro y en estos últimos años ha sido una pasada las cosas que he vivido, tanto personales como sentimentales. He conocido personas que tiene un corazón precioso, enorme. Pueden acoger a millones de refugiados en momentos de pobreza sentimental, y eso, eso es un lujo. He aprendido a querer. No a querer mucho, si no a querer bien. He vivido momentos increíbles. Cualquier concierto de Rosana, lo es. He viajado a Madrid dos días y han sido los dos días más divertidos de mi estancia en Madrid.
Izal me ha enganchado en su música y me he vuelto adicto a todas sus canciones. A los abrazos de mi madre, a los besos de mis hermanas. A tocarle la cabeza a mi padre cada vez que duerme en ese sillón hundido del comedor de casa. Costumbres. Asomarme en mi taller por si todo esta en orden. A disfrutar del cielo. De cualquier momento.
A veces he odiado el tiempo. Pasa tan lento en pequeñas ocasiones. Me han puesto mi primera vía en el hospital, y oye, no es agradable pero tampoco duele tanto como parece.
Me mudo. Sí. A Murcia Capital. A seguir construyendo y creciendo. Y vosotros os venís, porque cogéis en la maleta más hermosa que tengo, se llama Corazón. Yo ya llevo boli y papel para apuntar todo lo que me estais enseñando en cada blog que tenéis. Es mucho, además.
Comienza Septiembre. ¡Animo! Pon las alas, porque el viento te empujará a volar.
Fuente: este post proviene de Un Chico más en la Moda, donde puedes consultar el contenido original.
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