De vuelta a casa, con las pilas cargadas pero con la sensación de no haber tenido suficientes vacaciones... aunque supongo que éste es un mal común. Unos días maravillosos junto a mi familia que ahora están en el recuerdo para hacerme sonreír cada vez que vuelvo a ellos.
Una de las mejores cosas que he hecho estas vacaciones, ha sido volver a descubrir una de mis ciudades de la infancia, Salamanca. Ir allí como una turista más, no como la Ana que ya lo conoce todo... enseñarle a mi hijo la rana de la universidad, el astronauta de la catedral, pasear por la Plaza y la Rúa Mayor... un auténtico placer, porque os aseguro que es una de las ciudades más bonitas del mundo, y si no la conocéis os recomiendo que le reservéis unos días, merece la pena.
Vuelvo nueva para retomar el blog con energía.
¡Feliz semana!
Vestido: Sheinside
Sandalias: BT London vía Spartoo
Bolso: Auka