La fiesta fue en un ambiente campestre, semiformal, asi que para la ocasión elegí un atuendo acorde con la situación, formal a la par que no demasiado elegante.
Un vestido negro con bordados florales con el escote en forma de choker, o lo que viene siendo lo mismo la gargantilla más famosa de los años 90, que vuelve a nuestros armarios. Una gargantilla que se ajusta completamente al cuello, aunque el origen se remonta mucho más atrás, concretamente surge a finales del siglo XVIII en Francia. Las mujeres de la época comenzaron a llevar gargantillas de terciopelo o delicadas tiras de encaje decoradas. Aunque después de la revolución, las chicas que acudían a los ” Bals de victimes” (bailes de las victimas) se colocaban una cinta roja al cuello como recuerdo a sus parientes decapitados.
Y cómo sabemos que la moda se reinventa cada vez, no sólo se han vuelto a poner de moda estos adornos para nuestros cuellos, sino que ahora ya podemos encontrar prendas con el choker incorporado, jerséis, camisas, vestidos…
La verdad es que la extensión de esta tendencia la encuentro superdivertida, ya que podemos encontrar prendas sencillas con un aire distinto completamente.
El resto del look bastante sencillo, cartera de mano también decorada con los mismos bordados que el vestido y zapato salón en color granate.
Pues hasta aquí el post de hoy, muaka!!!!
vestido escote craker: Romwe (aquí)
zapatos y bolso: Primark (au/w 16)