Lentamente comenzaba a ser consciente de que tus labios estaban a tan solo unos centímetros de los míos y, lamentablemente, no fuiste tu quien cayó en pecado.
La soberbia se apoderó de mi.
Lo siento, lo siento, lo siento mucho.
La lujuria puede conmigo...
... y la función debe continuar.
Me he dado cuenta que a menudo,
los corazones de los hombres no son tan malos como sus actos,
y casi nunca como la maldad de sus palabras.
- Jhon Ronald Reuel -
Pajarita : Ebay
Camisa : El Corte Ingles
Fotografias : Javier Balduz