Los parabenos son conservantes utilizados en alimentación y en cosmética. Su función es preservar un producto del ataque de microorganismos que puedan estropearlo. Los más usuales son: metil-, etil-, propil- y butil- parabeno , estos dos últimos han sido prohibidos en aquellos productos que se apliquen en la zona del pañal de los más pequeños (menores de tres años) por el riesgo de ser más fácilmente absorbidos a través de zonas irritadas de la piel. Las alarmas sobre estos productos saltaron desde un estudio publicado en el año 1998 donde se concluyó que estos parabenos podían actuar sobre los estrógenos y por ende influir en el crecimiento de células mamarias cancerígenas. Más tarde, en el año 2004 otra investigación encontró restos de parabenos en ganglios y en tumores de mama, aunque no se pudo demostrar que fueran la causa del cáncer. Pero una de las dudas que se plantean es el efecto “cóctel”, es decir, se han hecho pruebas con parabenos, de uno en uno. Pero los consumidores suelen aplicarse un conjunto de ellos.
En definitiva y aunque sería muy extenso hablar en profundidad sobre este tema, tal vez sí sea interesante aplicar el “principio de precaución” respecto de estos productos. La elección será nuestra.
