Ya os he comentado alguna vez que soy incapaz de usar guantes, ni siquiera
cuando practico bricolaje o jardinería.
Mis manos denotan esta falta de protección y yo intento compensarlo
utilizando frecuentemente cremas de manos.
Son muchas las cremas de manos que he probado y no todas me valen porque
no soporto sensación grasa en las manos durante el día. Cuando he necesitado
una protección extra por haber abusado de químicos o un trabajo duro de
jardinería suelo utilizar una crema más grasa por la noche, pero entonces
me pongo unos guantes de algodón para favorecer su absorción.
Para el día necesito cremas más ligeras y suelo probar aquellas que
descubro, como la nueva crema de manos Flor de Japón de Herbologist
para Deliplus (Mercadona) que me enamoró a primera vista por su envase
y después por su color, textura y aroma.
Se trata de un tubo de metal al mas puro estilo LOccitane, firma que
curiosamente cuenta entre sus must have con una crema de manos de
flor de cerezo de la que la nueva crema de Mercadona es una réplica en
aspecto y muchos de sus componentes, pero con un precio mucho más
competitivo: 1€ la crema de Deliplus frente a los 8€ de la firma francesa.
En ambos casos el contenido es de 30 ml.
Eso sí, entre los componentes de la crema de Mercadona no aparece la flor
de cerezo por lo que considero que es un producto de marketing que intenta
competir a través del nombre y el envase con la original de LOccitane,
aunque a su favor hay que decir que no contiene parabenos, siliconas, ni
derivados del petróleo. Su fórmula es bastante limpia con manteca de karité
como componente principal (en esto coincide con la crema de la firma
provenzal), además de extracto de echinacea, glicerina, cera de abejas,
almidón de tapioca, extracto de naranja y aceite de limón.
Por lo tanto, dejando de lado la falta de la evocadora flor de cerezo, la
composición es buena y se traduce en una crema de textura suave que
se absorbe con facilidad (fundamental para mí) y que deja la piel con
aspecto y sensación aterciopelada además de un rico y duradero aroma.
El color rosa muy claro de la crema y el sello de lámina plateada que
asegura no haber sido usada anteriormente, son otros dos puntos a
su favor.
Otra crema que "ha llegado a mis manos" ;-) últimamente es Flores del
prado de Heathcote & Ivory, igualmente rica en textura y aroma.
Tiene, como la anterior, un formato pequeño ideal para llevar en el bolso.
También cunde bastante porque con apenas un pegote asegura la
hidratación y protección de nuestras manos.
Ha sido un pequeño detalle que mi amiga Ana me ha traído de Irlanda:
¡gracias Anita!
Ella sabe de mi gusto por las cremas de manos y por los botes de
muestras o amenities que suelo coleccionar.
Un set de estas últimas, de la firma Orla Kiely, con su lindo y característico
diseño de hojas de colores y aroma de geranio llegaron también a casa la
semana pasada.
Son esos pequeños detalles que te alegran el día y lo perfuman.
Si eres como yo, adicta a las cremas de manos, cuéntame cuál usas o
si has descubierto alguna especial últimamente.