Fue el año en el que no hice una lista de propósitos a cumplir, y termine haciendo millones de cosas; también fue el año en el que más situaciones desagradables e incómodas tuve, pero ¿de los errores se aprende no?. Dejando atrás todo lo malo que sucedió, puedo rescatar las bonitas situaciones que me pasaron este año, entre tantas, bajar 12 kilos, conocer gente súper talentosa, trabajadora y con una visión increíble, colaborar con una revista digital, crecer espiritualmente, conocer a personas que sacaron lo mejor de mi, que me hicieron ver lo que realmente valgo, gente que me enseñó a ser tolerante, paciente, a tomar decisiones y a hacer las cosas bien, si no mejor no hacer nada.
Increíble, aún no puedo creer que escribí más de 10 historias de moda, o que entreviste a diseñadores, fotógrafos y makeup artist, o mejor pensar que alguien confió en mi trabajo y que aun lo sigue haciendo. Estoy asombrado de recordar todo lo que logré en un año, y de todo lo que aprendí, de toda la gente que llego a mi vida y de algunas cuantas que se fueron; aprendí que cada ser humano que entra a mi vida es por alguna razón y para dejarme una lección. Aprendí que todos pensamos diferente, y que no puedo pasar toda mi vida cambiando a las personas, también, aprendí que si algo llegó a mi vida es por estoy listo, si no, ¿no llegaría? ¿cierto?. Y debo empezar a trabajar en callarme si no tengo nada bueno que decir o a dejar de aconsejar si realmente no lo siento. Aprendí sobre la ley de atracción y la comprobe. Pero bueno, dicen que lo aprendido, aprendido esta.
Para a mediados del año tomé, tal vez la decisión más compleja de mi vida, cortarme el cabello muy corto, por cierto aprendí a tomar decisiones sin importar las consecuencias, pero bueno, esa fue la etapa para descubrir que no me importa lo que la inseguridad de alguien pueda opinar; a pesar de tantos errores que cometí y sigo cometiendo, puedo terminar diciendo, que fue un buen año, y que ya espero el próximo con el pie derecho.
¡NOS LEEMOS EL PROXIMO AÑO!