Factores como la exposición continuada al sol, la contaminación del aire así como la propia edad favorecen el envejecimiento de la piel. Si a ello le unimos la pérdida de elastina y colágeno (sustancias responsables de que nuestra piel sea firme) que tiene lugar con el paso de los años, nos encontramos con uno de los problemas estéticos más comunes: la flacidez.
Es muy normal que conforme cumplimos años nuestra piel se vaya volviendo menos firme y elástica, dando lugar a la aparición de arrugas y flacidez; mantener una buena hidratación de la piel, alimentarnos de forma saludable así como hacer uso de mascarillas como las que hoy os vamos a enseñar a elaborar resulta clave para disfrutar de una piel más firme, suave y joven por más tiempo.
En el mercado existen un gran número de productos que nos ayudarán a disfrutar de una piel firme y sana, sin embargo, lo que no todo el mundo sabe es que en casa disponemos de ingredientes que pueden ayudarnos a obtener un resultado similar pero de una forma mucho más sana, económica y totalmente natural. ¿Quieres descubrir qué mascarillas podemos elaborar en casa para combatir la flacidez? No tienes más que seguir leyendo:
Mascarillas caseras reafirmantes
Mascarilla reafirmante de pepino y huevo
El pepino es probablemente uno de los ingredientes más utilizados a la hora de realizar mascarillas caseras, debido a su gran poder nutritivo e hidratante. El huevo, por su parte, añade un gran número de vitaminas y un poderoso efecto tensor sobre la piel, aportándole firmeza y combatiendo tanto la flacidez como las arrugas.
Vierte en una batidora un huevo sin cáscara y un pepino mediano pelado y cortado. Bátelo durante unos segundos y aplica sobre el rostro mediante suaves masajes circulares. Deja actuar durante al menos 30 minutos y retira después con agua fría. Si te sobra mascarilla puedes guardarla en un frasco cerrado de vidrio en la nevera y usarla al día siguiente.
Mascarilla reafirmante de huevo y miel
Tal vez la mascarilla más completa en cuanto a vitaminas y otros nutrientes. Una solución realmente sencilla y eficaz para mejorar el aspecto y salud de nuestra piel.
Bate con un tenedor un huevo y un par de cucharadas soperas de miel. Aplícala sobre el rostro mediante suaves masajes circulares y deja actuar durante media hora. Retira después con agua fría.
Ambas mascarillas puedes usarlas a diario, a días alternas e incluso alternarlas. Remedios muy sencillos que te ayudarán a lucir una piel más joven y saludable de forma económica y natural.
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