Lo más importante de una prenda no es la marca ni lo que nos ha costado, sino cómo la cuidamos



Núria Ferrer hace 27 años que regenta la tintorería-lavandería El Monestir, en Sant Feliu de Guíxols, un pueblo turístico de la Costa Brava. La ubicación del negocio y los años al frente de él le han posibilitado atender a una clientela muy diversa y desarrollar un amplio conocimiento acerca de cómo alargar al máximo la vida de una prenda, sea cual sea su origen, composición o calidad. 

– Núria, ¿hay mucha diferencia entre la clientela de ahora y la de hace veinte años? 

Bastante. Antes la clientela era básicamente gente del pueblo y alrededores que de vez en cuando traían sus abrigos o trajes de domingo que no podían lavar a mano o en la lavadora. Ahora la clientela es mucho más variada: turistas con un alto poder adquisitivo que nos confían sus prendas más exclusivas, jóvenes que nos piden eliminar una mancha de una pieza vintage, o mujeres inmigrantes que visten prendas típicas de su país de origen con mucha pedrería, lo que requiere un lavado muy específico. 

– ¿Es muy distinta la ropa de ahora que la de antes? 

Mucho. Antes la ropa era prácticamente monomaterial y consultando la etiqueta sabías cómo debía tratarse. Ahora las prendas que llegan mezclan muchos tejidos que pese a estar en una misma prenda debe tratarse por separado. También existen muchos materiales nuevos. Tienes que tener mucho conocimiento textil para encontrar la manera de que la prenda quede perfecta sin cargártela.

Tienes que tener mucho conocimiento textil para encontrar la manera de que la prenda quede perfecta sin cargártela.

– ¿Y las etiquetas del cuidado de la prenda no dan esa información? 

De muchos materiales nuevos todavía no hay información al respecto, y aunque sean materiales de largo recorrido, estos han cambiado y muchas marcas no lo contemplan en el etiquetado. 

– ¿Por ejemplo? 

Muchas prendas 100% poliéster, que antes se caracterizaban por no desteñir, ahora sí lo hacen, ya que las pintan en lugar de teñirlas. Por ello cada vez que veo que llega una prenda de poliéster que combina el blanco y el negro ya tiemblo, porque la información de la etiqueta referente al cuidado de la prenda no se corresponde con la realidad.  

El problema de la ropa actual no es tanto la calidad sino el diseño, ya que a menudo no se tiene en cuenta o se desconoce qué tejidos es mejor utilizar para según qué uso y cómo combinarlos. 

Un buen ejemplo son las famosas alfombras de yute que se han puesto de moda incluso para decorar el suelo de exteriores o cocinas rurales. El yute no puede lavarse, por lo que este tipo de alfombra se deteriora muy rápidamente y se convierte en un producto de usar y tirar. Una alternativa mejor son las alfombras de algodón que podrás meter en la lavadora sin problema y lavar una y mil veces. 

El problema de la ropa actual no es tanto la calidad sino el diseño.

– ¿Y la marca, es importante?
En realidad, es lo de menos. Lo principal es cómo está diseñada la prenda y luego el material con el que está hecha. Últimamente, por ejemplo, nos llegan muchas prendas realizadas con poliéster reciclado que tiene una calidad bajísima. Y lo de menos es la marca. Aquí llegan prendas carísimas de muy mala calidad o muy mal diseñadas y en cambio prendas baratísimas pero muy bien resueltas a nivel de diseño que si se cuidan bien te pueden durar muchísimos años. Pero lo más importante de todo es cómo la cuidamos.

– ¿Qué consejos nos das para cuidar nuestra ropa?

En general, lavamos demasiado y a excesiva temperatura. Una persona que lleva un estilo de vida urbano debería lavar siempre la ropa con agua fría, ya que a más temperatura no conseguirá ningún beneficio y sí mucho gasto energético. Y si hay manchas, la clave es sacarlas antes de meter la prenda en la lavadora, y es que por más temperatura que usemos, una mancha no saldrá si no se trata de manera específica. 

En general, lavamos demasiado y a excesiva temperatura.

– ¿Y el planchado? Veo que para vosotras es imprescindible. 

Totalmente. De hecho, se ha puesto de moda no planchar, pero una prenda bien planchada luce mucho mejor, lo que nos llevará a darle mucho más uso. Si queremos ahorrar energía y tiempo, lo más eficiente es, siempre que el clima lo permita, secar al aire libre y luego meter la prenda en la secadora un minuto, es suficiente para que cuando la planchemos el proceso sea más rápido y eficiente. 

– ¿Y alguna recomendación a la hora de comprar ropa? 

Tocar las prendas, ver la calidad del tejidos, mirar cómo están hechas. En general nos falta cultura textil y es algo que se aprende mirando y tocando. En la tintorería se evidencia mucho esta falta de conocimiento porque la clientela asocia lo que le ha costado la prenda a la calidad de ésta, y piden especial cuidado en aquellas que les han resultado más caras, mientras que las más baratas a veces ni las traen. Y en cambio, para nosotras todas las prendas tienen el mismo valor, porque sabemos que cuidándolas pueden lucir igual de bien. 

La clientela asocia lo que le ha costado la prenda a la calidad de ésta.

– ¿Tiene futuro el negocio de la tintorería?

Por supuesto. Actualmente ya es rentable, y los nuevos modelos de negocio como son el alquiler de ropa y la venta de segunda mano requerirán de servicios profesionales que higienicen las prendas y las dejen como nuevas. En el ámbito más doméstico, el incremento del precio de la vivienda y de los suministros, sumado al estilo de vida actual, está generando eliminar la lavadora de casa en beneficio de las lavanderías autoservicio. 

Los nuevos modelos de negocio requerirán servicios profesionales que higienicen las prendas y las dejen como nuevas.

– ¿Han cambiado mucho las tintorerías en estos veinte años? 

Muchísimo, sobre todo la maquinaria, que ha evolucionado de manera increíble. Por ejemplo, actualmente el famoso lavado en seco se utiliza muy poco.

– ¿Por qué? 

El lavado en seco, además de menos ecológico, utiliza un disolvente que se come la película que recubre la mayoría de apliques metálicos de las prendas. Imagínate qué estropicio. También hay muchas manchas, como las de las proteínas, que no se van con este sistema.

– ¿Y cómo se lava ahora en las tintorerías? 

Muchas ya utilizamos el lavado húmedo (wet cleaning). Se trata de un tipo de lavadora que utiliza un circuito cerrado de agua y detergentes ecológicos dosificados, combinado con un sistema de tracción muy suave que se adapta a las características de prácticamente cualquier tipo de prenda. Es un sistema mucho más efectivo, eficiente y ecológico que el lavado en seco. Si te fijas, las tintorerías que utilizamos esta maquinaría ya no olemos a químicos. 

Las tintorerías ya no olemos a químicos.

– ¿Cómo serán las lavanderías del siglo XXI?

Me imagino un espacio relacional donde, mientras lavas tu ropa, puedes tomarte un café, comer algo y conversar con otras personas. Y si necesitas servicios más profesionales tendrás acceso a un servicio de tintorería. 

– ¿Hay relevo generacional? 

Es algo que debemos solucionar. Se trata de un oficio que no ha generado interés ni deseo porque hemos vivido mucho en la sombra y, por lo tanto, faltan personas formadas. Pero creo que es posible revalorizar la profesión y atraer talento. 

– ¿Alguna anécdota del oficio?

Nunca imaginarías la cantidad de prendas que deja olvidada en una tintorería. Por ley, debemos conservarlas durante seis meses. Yo, de hecho, he tenido que alquilar un pequeño almacén para guardarla. Pasado ese tiempo la dono a una ONG, aunque he llegado a plantearme venderla.

  La anécdota
El octogenáreo Wan-Ji Chang y su recientemente fallecida esposa, Sho-Er Hsu, han regentado durante casi 70 años la lavandería Wan Sho en Taichung, Taiwán. Durante el confinamiento, su nieto les convenció para fotografiarse con las más de 300 prendas que su clientela había dejado olvidada en la lavandería a lo largo de este tiempo,, para distraerlos. El proyecto les ha convertido en un fenómeno viral que les ha dejado más de 700.000 seguidores en Instagram y ha ayudado a sensibilizar a muchas personas acerca de la importancia de cuidar nuestra ropa.

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  Este artículo forma parte de un espacio de debate impulsado por Girbau LAB y So Good So Cute que persigue generar reflexión y aportar luz a aspectos esenciales de la circularidad en la industria textil.

Girbau LAB es un espacio de innovación colaborativa creado para generar valor a través de la innovación. Girbau LAB identifica y trabaja con los entornos más avanzados e innovadores a nivel global para recoger y desarrollar todas aquellas iniciativas, ideas, soluciones y tecnologías de interés que pueden contribuir a transformar la industria y aportar valor a la sociedad. + info. 

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