Un día como hoy hace casi cuatro meses supe que venias en camino…
Supe que dentro de mi te estabas formando y como la flor cuando se riega y se pone al sol empecé a cuidarte, a amarte…
a dar gracias a Dios porque en medio de mi maldad me bendecía…
Aún no sabía como serías, como te llamaría…
pero ya te amaba y anhelaba tenerte entre mis brazos…
saber cómo sería tu sonrisa…mirarte como tú lo harías…
Te hablé sin saber si me escuchabas, si me entendías…
cada susurro a mi corazón me decía día a día cuanto me sentías…
me aferré a ti…te uniste a mi…
y un día, en medio de paredes blancas y sabanas frías
como llega el invierno, llegó la noticia de que ya no estarías…
desgarrada mi alma no lo creía…
desconsolada y abatida presentí tu partida…
ya no me pertenecías…
y como cae la nieve… caíste…sentí como te fuiste…
Sentí morir…
Pero en medio de la aflicción, en medio del dolor…
una palabra alegró mi alma…
Su aliento de vida llenó tu partida…
Me guió a la roca donde le vería
y si fuera poco, me mostró como serías…
me enseñó tu sonrisa y me devolvió la alegría…
Cuan incomparable amor y que maravillosa gracia
la que comprendía…
Solo me queda decir…
que este recuerdo que mi alma guarda…
será una ilusión de madre agradecida…
A mi bebe y al gran amor que Dios derrama sobre mí.