La cura del ajo Tibetana

El ajo es un ingrediente común en cocinas de todo el mundo, no solo agrega sabor a los platos, sino que también es conocido por sus propiedades medicinales. En particular, la cura del ajo destaca como una práctica ancestral que ha sido utilizada por monjes tibetanos durante siglos. En este artículo, exploraremos las propiedades científicamente demostradas del ajo y nos sumergiremos en sus detalles  desentrañando sus beneficios, su elaboración casera y las recomendaciones para su uso.

Índice

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La cura del ajo
Propiedades del ajo

¿En qué consiste la cura del ajo?

Cómo elaborar la tintura de ajo

Recomendaciones y dosis

Contraindicaciones e inconvenientes

La cura del ajo



La ancestral Cura Tibetana del Ajo, originada entre dos mil y tres mil años antes de Cristo por monjes en el Tíbet, fue redescubierta en 1971 en antiguas tablillas de arcilla en un monasterio en ruinas. Posteriormente, la receta se difundió globalmente y fue traducida a prácticamente todos los idiomas.

A diferencia de otras curas que implican hervir el ajo durante extensos periodos, lo cual puede resultar en la pérdida de algunas de sus propiedades beneficiosas, la Cura Tibetana abraza la pureza y potencia del ajo sin procesar.

Propiedades del ajo


El ajo es una joya nutricional, repleto de vitaminas del grupo B, potasio, fósforo, magnesio, zinc e yodo.

Sin embargo, su verdadero poder radica en los compuestos sulfatados, como la alicina, que le confieren propiedades únicas.

La terapia con ajo ha sido empleada para abordar diversas afecciones, incluida la obesidad, además de ser considerada una medida preventiva. Tanto la medicina natural como la ciencia occidental reconocen al ajo por sus múltiples propiedades beneficiosas, entre las que se incluyen:

Acción Antivírica: El ajo ha demostrado poseer propiedades antivíricas, lo que sugiere su capacidad para combatir infecciones virales y fortalecer el sistema inmunológico.

Antioxidante: Funciona como un antioxidante eficaz, contribuyendo a contrarrestar el estrés oxidativo y neutralizar los radicales libres, factores que pueden desencadenar procesos inflamatorios y enfermedades crónicas.

Regulación del Colesterol: El ajo juega un papel crucial en el mantenimiento de los niveles de colesterol, reduciendo el colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad) y aumentando el colesterol HDL (lipoproteínas de alta densidad), lo que promueve la salud cardiovascular.

Reducción de Triglicéridos: Se ha observado que el consumo de ajo contribuye a disminuir los niveles de grasas en la sangre, especialmente los triglicéridos, lo que puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Favorece la Circulación Sanguínea: El ajo es conocido por su capacidad para mejorar la circulación sanguínea, lo que beneficia la entrega eficiente de oxígeno y nutrientes a todo el cuerpo.

Control de la Presión Arterial: Entre sus atributos, el ajo se destaca por su capacidad para ayudar a reducir la presión arterial, lo que puede ser beneficioso para la salud cardiovascular y la prevención de enfermedades relacionadas.

Mejora de las Funciones Hepáticas y Renales: Se ha demostrado que el ajo tiene efectos positivos en las funciones del hígado y los riñones, contribuyendo a mantener un sistema de eliminación de toxinas eficiente.

¿En qué consiste la cura del ajo?


Se basa en el consumo controlado de una tintura alcohólica de ajo.

Su elaboración es sencilla: ajo triturado y aguardiente o alcohol de 70º.

La maceración y filtración culminan en un líquido  que se conserva en frío.

Cómo elaborar la tintura de ajo


Ingredientes:

Frasco de cristal hermético de 500 ml.

Dos frascos de cristal de 200 ml con gotero (mejor si es cristal ámbar).

Gasa fina o colador de malla para colar la tintura.

350 g de ajo ecológico.

200 ml de vodka u orujo.
Elaboración:

Pela los ajos y machácalos en un mortero (puedes usar un robot de cocina, como una picadora). En caso de no tener mortero o robot, pica el ajo en trozos lo más pequeños posible y añádelos al frasco grande.

Añade el alcohol.

Sella bien el frasco y déjalo reposar en un lugar fresco durante 15 días. Si es verano, se recomienda almacenarlo en el refrigerador.

Después de los 10 días, cuela el líquido, que tendrá un ligero tono verdoso, a través de la gasa. Asegúrate de exprimir bien la mezcla de ajo para obtener toda la esencia.

Llena los frascos con la tintura resultante.

Deja reposar la tintura de ajo en la nevera durante tres días más antes de comenzar la cura.

Agita el frasco antes de usar.
Nota: Es posible que tanto el ajo como la tintura disocie (se separe) y adquieran tonalidades verdes, azules o verdosas. No hay motivo de preocupación, ya que esta decoloración es completamente inofensiva para la salud. Ocasionalmente, al picar el ajo, se produce una reacción entre las sustancias sulfurosas propias del ajo, diversas enzimas y ciertos aminoácidos, generando pigmentos amarillos y azules que al mezclarse dan lugar al color verde.

Recomendaciones y dosis


La del ajo se administra durante un mes y únicamente, una vez al año.

Las dosis se incrementan progresivamente desde una hasta 25 gotas, tres veces al día, a partir del 13º día.

Es esencial administrar el líquido 20/30 minutos antes de las comidas y diluido en agua.

A partir del día 12, sigue tomando la misma dosis (2/1/25) hasta acabar con la tintura elaborada.



Se sugiere una dieta equilibrada y una ingesta adecuada de agua para mejorar los efectos del tratamiento.

Contraindicaciones e inconvenientes


Aunque la cura del ajo ofrece beneficios notables probados, tiene contraindicaciones:

Se desaconseja en caso de:

Hemorragias

Inflamación renal

Úlceras digestivas o problemas gastrointestinales graves

Durante el embarazo y la lactancia

Individuos que están bajo tratamiento con anticoagulantes (ya que el ajo puede potenciar el efecto anticoagulante, dado que también posee propiedades anticoagulantes).

Alergia al ajo

Problemas hepáticos

Tratamientos farmacológicos. Si estás en tratamiento por alguna causa ya sea temporal o crónica, debes consultar con tu médico antes de iniciar esta cura.
Nota de interés:  la eliminación temporal de toxinas puede causar un olor pasajero desagradable, así que no te preocupes.

Este tratamiento NO SUSTITUYE otros tratamientos farmacológicos. 

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