¡¡Hola a todas!! ¿Qué tal estáis? ¿Cómo van esos propósitos del nuevo curso? Yo acabo de empezar una pequeña dieta para bajar esas cañitas y esos aperitivos del verano, que parecen anclados en la cintura y el trasero como si no hubiera mañana. No es muy estricta así que espero que no me cueste demasiado - a veces soy un poco inconstante y suelo abandonar antes de tiempo ;) -. En el post de hoy, tras haber visto ya la aplicación de la base y la utilización de las brochas destinadas al rostro, vamos a tratar el tema de loscorrectores. Es un tema algo complejo, ya que normalmente los utilizamos incorrectamente y en lugar de corregir lo que hacemos es arruinar mas aún nuestro propio maquillaje.
Los correctores como la palabra indica se utilizan para corregir - es decir, neutralizar - aquellas imperfecciones que la base no es capaz de cubrir. Por ejemplo, tapar un granito, las odiosas ojeras, las anti estéticas bolsas, pequeñas discromías de la piel - manchitas o cambios de color de nuestra piel - Que os quede claro que un corrector nunca es iluminador, como nos hacen creer muchas marcas de maquillaje. Una cosa es corregir y otra muy distinta iluminar. Como deduciréis yo no soy partidaria de este tipo de productos. Hoy nos centraremos exclusivamente en los correctores.
Se presentan en formatos variados : líquidos, en barra, en pequeñas paletas o en forma de godet, en varios tonos, dentro de una paleta mas o menos amplia - la imagen superior muestra mi paleta de correctores de Kryolan, paleta que suelo utilizar casi siempre debido a su enorme cobertura a la hora de corregir cualquier tipo de imperfección -.
¿Cuando se utilizan?
Dependiendo de los tonos que empleemos. Si queremos tapar un granito o una pequeña mancha los utilizaremos antes de la base - correctores verdes por ejemplo -. Si lo que queremos es tapar las ojeras o bolsas con un corrector de un tono similar a nuestra piel aplicaremos primero la base, dejando el espacio de la ojera o bolsa para posteriormente taparlas con el corrector elegido. Una vez aplicada la base y el corrector sellaremos como de costumbre con los polvos traslúcidos.
Los correctores los debemos aplicar con una brocha plana - ver imagen superior -. Yo habitualmente no solo corrijo la ojera o la bolsa, también corrijo el párpado móvil, que suele tener un tono algo distinto al resto de la piel.
¿Que tonos utilizo?
Pues eso dependerá del color de lo que pretendamos neutralizar. Para los granitos rojos emplearemos un corrector verde, para las ojeras marrones emplearemos un corrector salmón - corrector universal por antonomasia -, para unas ojeras violáceas emplearemos un corrector amarillento. Los correctores similares a nuestro tono de piel son muy útiles si las ojeras o bolsas son poco pronunciadas.
Con los correctores jugamos a neutralizar los tonos de nuestra piel para obtener un único tono, lo más unificado posible, sobre el cual construiremos nuestras propias luces y sombras según el tipo y la forma de nuestro rostro - el conocido contouring -.
Espero que os sirva y como os siempre os digo, lo pongáis en práctica.
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¡¡Feliz semana y hasta la próxima!!!
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