Comenzamos este repaso a la pasarela de moda italiana con Gucci, que fue la encargada de abrir Milan Fashion Week, convirtiéndose una de las sensaciones de la semana. Alessandro Michele se esfuerza por conseguir renovar la casa italiana, impregnar a sus prendas un estilo bohemio y para ello se alió con looks repletos de transparencias, estampados y lazos al cuello, todo con un toque romántico e incluso nostálgico, un canto a la poesía a través de la moda.
Y Prada nos volvió a recordar que creatividad, trabajo bien hecho y arte, forman parte de la moda. Miucca presentó una colección llena de detalles, trajes para ir a la oficina, con chaquetas oversize y faldas asimétricas, los colores predominantes grises, blancos y negros eran rotos por algún detalle de color, ya fuera en las blusas o, si la ocasión lo requería, en el mismo maquillaje, siendo los labios rojos o dorados los que rompían la monotonía. Todo en el universo Prada emana modernidad y feminidad, da la sensación que sus colecciones siempre están un paso por delante del resto, en lo que a tendencias se refiere, no nos dejes nunca señora Miucca.
Los desfiles de Dolce&Gabbana siempre son un soplo de originalidad y diversión, esa sensación de estar enamorado de lo que haces, esta en sus prendas. Y sí, sabemos que aman las flores, y una vez más, fueron indispensables en su colección, ya sea en los estampados o como adornos en relieve. Prendas llenas de alegría donde no podían faltar otra de sus obsesiones, los estampados de lunares.
Por su parte el maestro Armani nos regaló, como es habitual, dosis de elegancia y sofisticación, sin estridencias. Outfits sobrios, con un trabajo de sastrería impecable, en eso no hay quien le gane, y lo sabe. Una combinación perfecta de blanco y negro, fue la paleta de colores elegida por el diseñador, dando, en ocasiones, al rojo, un protagonismo que se merece, que aporta la fuerza necesaria a la colección.
Terminamos nuestro repaso a Milan Fashion Week con Giamba, la línea joven de Giambatista Valli, al igual que su hermana mayor, la delicadeza y romanticismo están presentes en cada prenda. Los tops de algodón y faldas cortas se postularon como las prendas reinas de la colección, junto con las camisas de raya. Una colección que destilaba inocencia en sus prints, sus dibujos, y corazoncitos, todo muy mono y sweet, quizás demasiado.
Después de Milan Fashion Fashion week nos queda una última pasarela para cerrar la temporada y de la cual hablaremos en nuestro próximo post, sí hablamos de París.
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