Fotos hechas en nuestra visita a Burgo de Osma, un pueblo maravilloso, lleno de historia. Hizo un día frío, comenzó con una mañana lluviosa, y luego un tarde fría. Ya que en esta región siempre suele haber unos grados menos que en Madrid me adelanté llevando un abrigo y botas, aunque debajo tuviese un suéter ligero. Me gusta aumentar (o disminuir en primavera) gradualmente las capas, porque siento que si comienzo abrigándome por completo ahora, acabaré por quedarme sin nada mas que añadir para cuando el verdadero frío comience. Aquel día llevé mis vaqueros “de campo” como yo los he apodado, creo que he mencionado antes como tengo unos pares de batalla (de Topshop) para cuando vamos al campo en caso de que se me estropeen con tanta actividad de exteriores. Aquel día veníamos de la finca y estos vaqueros eran lo que yo tenía, aunque debo admitir que por muy de batalla que sean me gusta como quedan en el conjunto.
Siento que debo hacer una entrada sobre vestuario campestre próximamente, ya que en estos últimos años los fines de semana en el campo han formado parte de mi vida, y personalmente cuando comencé a ir a la finca de los padres de mi novio en Riaza, estaba muy perdida sobre que llevar y que ponerme, de hecho aun lo estoy pero menos que antes, y mi formula para afrontar la vida rural ha sido crear un armario paralelo con ropa adecuada para este entorno.
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Céline sunglasses | MaxMara coat | The Kooples jumper | Topshop jeans | Céline Bam Bam boots | The Row Wander bag
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