¡Feliz Pascua!
Como un pequeño conejito de Pascua que soy, os deseo un día muy bonito. Aprovecho este post para contar un poco cómo va mi vida y que parezca que sigue habiendo alguien al otro lado de la pantalla.
Venimos de pasar unos días en el pueblito que eran muy necesarios. Han sido días de torrijas, flores y animalitos, así que vuelvo feliz.
Llevo un tiempo sin inspiración por razones diversas. Diferentes acontecimientos hicieron que no pudiera hacer fotos o actualizar a menudo y eso fue quitándome las ganas poco a poco. A eso se suma la desgana con la que afronto las RRSS ahora mismo. Pero el caso es que estoy a gusto haciendo otras cosas o solo subiendo contenido cuando realmente me apetece.
Este año nos hemos puesto en serio en la búsqueda de un nidito que considerar hogar y eso me roba mucha energía. Alguien tenía que habernos prevenido que la adultez consistía básicamente en estar al día del mercado inmobiliario, que es un mundo que encuentro especialmente hostil pese a su cometido. Y si buscar casa ya era lo suficientemente estresante, imaginaos para una persona con ansiedad. Je.
Al menos creo que he mejorado mi actitud en general en los últimos meses. De la absoluta desesperanza hacia casi todo he pasado a mirar el mundo con otros ojos y repetir que todo irá a mejor. Pero permitidme que no os hable mucho de ese tema porque, sinceramente, no me siento preparada. Lo haré, eventually.
Cuando pase la tormenta espero volver a coger con ganas todo lo que antes me daba la vida. El bordado, la belleza, la moda, la repostería... Con el tiempo.
Pero, oye, que estamos bien. Estoy encontrando la comodidad en las cositas pequeñas y en lo más cotidiano.
Fuente: este post proviene de Preppy Paula, donde puedes consultar el contenido original.
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