Si echábamos ya de menos el glamour de una buena alfombra roja, el Festival de Cannes 2015 nos ha dado de nuevo imágenes para el recuerdo (ok, hay algunas que mejor no recordar). Está claro que los top ten de las estrellas que se pasean por cualquier alfombra roja de postín incluye la lista de las triunfadoras habituales. Aquéllas que incluso envueltas en una sábana lucirían perfectas y, es más, les lloverían halagos torrencialmente durante semanas. Lo mejor del desfile. El buen gusto, la elegancia, la naturalidad… Aquéllas a cuyas meteduras de pata hacemos la vista gorda y achacamos no haber tenido un buen día. Pero si le damos la vuelta a la página y bajamos de rango, te das de bruces con cada cuadro… “¡Con la pasta que tienen…!” -pensamos-. Y acto seguido nos consolamos y autoconvencemos de que invirtiendo poco también podemos ir estupendas, y de que tener mucho dinero tampoco te impide salir de casa hecha unos zorros.
Y aunque he decidido no incluir a las primeras de la lista… por la parte de abajo, es cierto que las comparaciones, aunque odiosas, son necesarias como el pan de cada día. Y a pesar de que hay celebrities que siempre, o casi siempre, aciertan en sus decisiones, en otras no consiguen brillar. Quizás sea que les pongamos un listón más alto que al resto. Y en cuanto a creaciones de diferentes modistos con denominador común, también existen. No sé cómo, pero se lían con la seda, los plisados, las florecitas de recorte y las transparencias, e igualmente les pueden surgir las mismísimas ninfas de los sonetos de Garcilaso o, en cambio, el merengue que corona una de esas barrocas tartas nupciales. Cosas que pasan…
Pues bien, Diane Kruger es para mí una de ésas it girls a las que perdono sus desaciertos y olvido sus días no tan buenos. Porque sí. Porque cuando la veo aparecer tal que así, me rindo a sus pies, a los de Dolce & Gabbana y a los del señor Prada, si hace falta. Tanto de corto como de largo, o más o menos informal, es una pasada admirar las instantáneas que nos regala.
De diva total es esta fotografía de Natalie Portman con la típica silueta de la casa Dior, de cintura de avispa y volumen infinito, dejando asomar los tobillos.
Sienna Miller entra en el grupo de las que en ocasiones me fascina y en otras… En otras no entiendo por qué se disfraza de cometa, por mucho que Valentino Couture haya estampado su firma sobre ella. Guapísima vestida de azul cobalto por obra y gracia de Lanvin.
Las dos elecciones de Naomi Watts la incluyen en las intocables. Sin embargo, yo me quedo con la primera estampa. A Naomi le sientan mucho mejor los tonos claros. Y mientras que Elie Saab ha conseguido sacar de ella su lado más angelical, Ralph Lauren tal vez le ha puesto años encima.
Y aunque durante mucho tiempo desterrados de las alfombras rojas, los tonos níveos acaparan todas las miradas. Andie Macdowell, divina de Ralph & Russo. Bar Refaeli, pura naturalidad. Y la tercera fotografía se la voy a enseñar a mi sobrina de cuatro años. Seguro que se va a querer vestir así para su próxima fiesta de cumple. El rollo princesa Sofía la tiene embaucada. Si al menos hubiese acertado con el pelo… ¿Y ese collar? ¿Había necesidad?
Fiel a su etérea presencia, Lupita Nyong’o vuelve a deslumbrar, envuelta en metros de gasa, de la mano de Gucci. ¡Qué preciosidad! Ah, por cierto. Si alguien buscaba el merengue nupcial, se ha reencarnado en la China Fan Bingbing.
Toda una señora, Jane Fonda me deja boquiabierta cada vez que se deja ver. Debe de haber hecho un pacto con el diablo y con toda su familia. Conoce muy bien su cuerpo y cómo sacar partido a su madurez. De ella podrían aprender unas cuantas que, a base de poca tela, creen irradiar más sensualidad. Versace viste también a Karlie Kloss, que comparte temática con Liya Kebede y su Louis Vuitton: “regreso al futuro”.
Mucho cuidado con esto. Porque de un look aniñado y minimalista de estética vintage, podemos presentarnos en el hogar de los jubilados en un abrir y cerrar de ojos. Sí al azul celeste de Miu Miu. No al de Prada.
Dos versiones de un mismo vestido. Blanca Suárez y Marie Guillain apuestan por Elie Saab para su puesta de largo, la una, y su vestido de cóctel, la otra. Perfecta la decisión de la española a la hora de elegir complementos. Y aunque me quedo con ella, pienso que, como a Naomi Watts, mejor darle plantón al negro.
Y vosotr@s, ¿qué creéis?
Imágenes: Vogue.
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