Soñar es gratis y además nos hace más felices, al menos durante el tiempo que dura el sueño en nuestra imaginación.
Yo soy soñadora empedernida. Soy capaz de tirarme el día soñando y viviendo en la luna, siempre hay algo nuevo que se me cruza por la sesera y aunque a veces parezca estar un poco alunada, considero que nunca dejar de tener sueños nos vuelve personas más alegres y enriquecidas.
Ya sabéis que me apasionan los desfiles de Alta Costura. Viendo las nuevas colecciones para este otoño no podía dejar de imaginar cómo sería lucir esas impresionantes piezas que presentaban en París hace unas semanas.
Las mejores casas de costura del mundo con sus mejores diseños. Nada más, ni nada menos y yo en mi mundo... Imaginando. Tanto, que he sido capaz de elegir seis vestidos que, si pudiera, compraría sin pensarlo.
Se me ocurren muchos eventos para lucir este Alexandre Vauthier que yo considero muy de Femme Fatale. Un concierto de Glam Metal, por ejemplo, aunque no pudiese moverme demasiado para seguir el ritmo. Por suerte no me anula el oído ni la vista, así que no habría problema alguno.
Plumas, color negro, transparencias y mucho brilli brilli. Imposible no llevarme a casa este Elie Saab. Ya inventaría un evento de noche, por ejemplo, para sacarlo del armario.
Jean Paul Gaultier siempre arriesga y yo no iba a ser menos. Dejaría en el atelier el tocado seguramente sin demasiadas dudas, pero el resto del diseño sería mío. Los guantes también.
Este Ralph & Russo sería la sorpresa cuando enseñase mis últimas compras; demasiado blanco, demasiado delicado para mí. Pero esa pamela, ese juego de colores... Demostraría perfectamente que aparte del negro sé que existen más colores. Aunque fuese sólo por unas horas.
Terciopelo negro y mucho aire romántico. Valentino me conoce demasiado bien.
¿Creéis que hace falta añadir mucho sobre este Zuhair Murad?
Más allá de ser Moda, a mí me conducen a muchos lugares y ciudades, épocas que por desgracia no viví y estilos de vida muy diferentes al mío que quisiera conocer.
Es imposible verlos sin dejar volar la imaginación.
¿Soñáis a menudo?