La neurocosmética estudia las interacciones entre la piel y el sistema nervioso y constata que, en situaciones de tensión, se produce un aumento de la sensibilidad que la hace más fácilmente irritable, a la vez que delata una apreciable pérdida de luminosidad.
La receta para lograr que cuerpo y rostro recuperen la calidad de su piel pasa por unos productos que tienen muy en cuenta el factor sensorial en su ritual de aplicación, su textura y su fragancia. Son tratamientos muy placenteros que además de velar por las necesidades básicas de la epidermis (limpieza, hidratación y nutrición), invitan la calma, al relax y al pensamiento positivo.
De día disimulan el estrés con partículas iluminadoras y de noche cargan las pilas con activos que favorecen la renovación celular. En sus fórmulas se incluyen ingredientes aromacológicos, aceites esenciales y extractos naturales de plantas que logran liberar tensiones, reforzar la barrera epidérmica frente a las agresiones externas y estimular la producción de betaendorfinas, unas moléculas del bienestar capaces de restaurar el equilibrio cutáneo.
Otra manera de atacar y revertir los efectos de la piel estresada es recurrir a una nueva cosmética antifatiga que actúa como un tratamiento de choque: provoca un microestrés controlado y lo utiliza en beneficio propio para activar el metabolismo y eliminar las toxinas más rápidamente.
Tres opciones de tratamiento:
1. Terapia sensorial a base de aceites esenciales que, aplicados en la nuca, sienes y detrás de los lóbulos de las orejas, se inhalan. Disminuye la sensación de cansancio y tristeza. Los ingredientes son 3 ml de Aceite esencial de Palo de ho + 0,2 ml de aceite esencial de Ylang Ylang, aplica dos gotas de la sinergia en 10 ml de agua pura o crema hidratante, agita justo antes de impregnar un trozo de algodón.
2. Crema nutritiva antiarrugas. 1 gota de extracto de ginseng, una cucharada de aceite de rosa mosqueta, cinco gotas de glicerina liquida y varias gotas de agua destilada. Removerlas hasta conseguir una consistencia cremosa y fácil de extender sobre la piel.
3. Aceite relajante para baño o ducha. Sólo hay que usar la medida de un tapón para notar sus efectos calmantes. Los ingredientes son: 2 ml de Aceite esencial de lavanda + 0,5 ml de Aceite esencial de manzanilla, 0,5 ml + Aceite esencial de incienso, 1 ml aceite esencial de verbena exótica, 40 ml Aceite vegetal de onagra + 56 ml Aceite vegetal de albaricoque.
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