Se avecinan cambios.
Me hallo en ese proceso de muda de piel que sufren alguno anfibios. El escondite de la oruga en su capullo de seda. El hibernar de los osos.
Ese momento que sucede en la vida de algunos seres vivos en el cual EL INSTINTO MANDA. Manda lo que hay que hacer porque de repente el entorno y las circunstancias cambian y un inventario es necesario. Balance de identidad para quizás trabajarse a uno mismo y adaptarse a LO NUEVO.
Y como os decía, en eso me hallo. Cambia mi ciudad, cambian mis quehaceres.
Adiós a Madrid por ahora.
Preparándome para ello y fruto de esa búsqueda de mi propia identidad me he subido al carro de Hello! Creatividad porque quiero beber un poco de ese conocimiento de los que admiro. Formarme y afinar en mi faceta de Antojada por Vocación.
Esta experiencia sencillamente me está flipando. Ha removido en mí cosas que sabía estaban ahí pero necesitaban de un empujoncito para salir. Está afianzando cada día conceptos con los que había dado por instinto previamente, sin guía (cual anfibio, cual oruga, cual oso). Cosas como que, por ejemplo, la creatividad es un algo necesario en todos nosotros, a la cual hay que dar un lugar en nuestro día a día.
Esta semana nos han propuesto un ejercicio con el que he disfrutado un montón: CREAR NUESTRO PROPIO MOODBOARD, sea dicho nuestro panel de creatividad.
Me explico: unir todo aquello que nos inspire, nos encante, nos atraiga, de manera física en un panel, de tal manera, que pueda encarnar algo de nuestra esencia como bloggers.
Aprovechando mi finde de Rodriguez (mi chico se fue de bodorrio a Canarias) me puse manos a la obra en un corta y pega que dio como fruto lo que estáis viendo.
Y me dio que reflexionar.
Me encontré a mí misma entre arte renacentista, ilustraciones, animales, peinados bonitos, prendas y muebles vintage, tonos rosas, azules verdosos y blanco & negro.
Porque a veces sucede que cuando las cosas están tan dentro de ti, tan cerca, no las ves. Necesitas algo de distancia, perspectiva y trabajo para dar con ellas frente a frente.
Y MI DISTANCIA FUE JUSTO ESA, la que dista entre la pared de mi salón y dar dos pasos atrás. La necesaria para admirar mi collage de una sola vez.
Fuente: este post proviene de Antojada por Vocación, donde puedes consultar el contenido original.
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