La solución más rápida a este problema es acudir a un centro de estética y apostar por varias sesiones de rayos UVA. En los últimos años varias firmas de cosmética han lanzado al mercado cremas autobronceadoras. A pesar de esto, la demanda de este tratamiento sigue siendo muy elevada, puesto que, tal y como nos comenta Marisa Vega, del centro estético Naira, "los resultados son más naturales y se evitan los antiestéticos excesos de pigmento en algunas zonas".
Lo más importante, la precaución
Antes de darnos una sesión de rayos UVA tenemos que tener claras algunas pautas. La primera es asegurarnos de tener toda la piel limpia y libre de cualquier cosmético como filtros solares, desodorante, maquillaje o perfume. De este modo evitaremos reacciones adversas o alergias cutáneas. Marisa Vega advierte "que sólo aplicaremos bronceadores cuando existan lesiones en la dermis como heridas, manchas o cicatrices recientes".Del mismo modo, tenemos que tener mucha precaución con los ojos y usar, en todo momento, unas gafas especiales para protegerlos de la luz. Por último, si estamos embarazadas tampoco podremos darnos rayos UVA en ningún supuesto.
?Qué tenemos que tener claro?
Cuando entremos en el centro de estética tenemos que tener presente que al lado de la máquina debe existir una tabla con los seis fototipos de piel, puesto que el número de sesiones y el tiempo de exposición dependerá de las características de nuestra dermis. La esteticista nos comenta que "las pieles más claras con tendencia a quemarse rápidamente deben estar muy poco tiempo y espaciar las visitas".También es fundamental que exista un cartel con los medicamentos que están contraindicados, es decir, que pueden reaccionar con los rayos UVA y el sol. Si tenemos alguna duda lo mejor es hablarlo con tu médico antes de acudir a las sesiones.
La opinión del dermatólogo
La doctora Isabel Aldanondo, integrante de la asociación AEDV (Academia Española de Dermatología y Venerología), se muestra contundente al afirmar que los rayos UVA "sólo producen efectos nocivos sobre la piel". La radiación hace que en las capas más superficiales se creen radicales libres, moléculas muy oxidantes, que favorecen las mutaciones en el material genético de las células. En la dermis, la capa más profunda de la piel, se activan las enzimas que acaban con el colágeno de la piel, lo que favorece el fotoenvejecimiento, la pigmentación irregular, las arrugas y las quemaduras.Por el contrario, este tratamiento puede ser aconsejable para tratar ciertas enfermedades cutáneas, como es el caso de la psoriasis. Según la dermatóloga, "los beneficios que pueden derivarse de la radiación ultravioleta compensan los riesgos que ésta conlleva". Como en la mayoría de los casos, si los tomamos de un modo responsable, muy separados en el tiempo y en un sitio donde tengamos todas las garantías, podemos lucir un bronceado envidiable haciendo sufrir lo menos posible a nuestra piel.