Los snacks – de su nombre en inglés– son aquellos bocaditos o alimentos ligeros que no entran dentro de las 3 comidas principales del día.
Comúnmente se denomina snack a cualquier picoteo de comida que se pudiera hacer mientras estás ocupado en alguna tarea o actividad o bien como una manera de saciar el antojo donde la única constante es que estas comidas sean pequeñas y no constituyan un platillo principal.
Sin embargo la percepción de la salud está evolucionando y con esto costumbres y conceptos para mantenerla, entre ellos el consumo del snack.
Dentro del lenguaje nutricional el snack es sinónimo de colación que de la misma manera son porciones de comidas que se pueden (deben, en este caso) ingerir a lo largo del día entre comidas fuertes, es decir, dentro de los 3 tiempos de alimentación; desayuno, comida y cena, entran las colaciones teniendo aproximadamente un total de 6 ingestas de alimento al día.
Contrario a lo que se creé, consumir snacks no solo nos mantiene satisfechos, mitiga la ansiedad y acelera el metabolismo (lo cual es un plus a la hora de bajar de peso), sino que también ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre estables evitando picos por ayuno, agiliza el proceso de digestión y mejor concentración, además un snack, es la forma más práctica de llevar alimento contigo a donde quiera que vayas.
Aún así como en todo, existen sus restricciones, ya que si no cuidamos lo que comemos, podríamos tener el efecto contrario al beneficio, por lo tanto hay que considerar consumir snacks saludables; se recomiendan cereales, frutas, verduras y frutos secos.
En el mercado existe una amplia variedad de productos ligeros y sanos, que además están enriquecidos para aportar vitaminas y otros nutrientes. No obstante recuerda leer bien las etiquetas y comparar contenidos; otra buena opción viene siendo la carne seca, atún, queso panela o yogurt griego.
Recuerda que cada cuerpo es un mundo y el plan alimenticio debe personalizarse según tus características físicas, estado de salud y actividad física aun así, puedes dar el primer paso consumiendo a medida de lo posible, alimentos saludables sin dejar ayunos de más de 4 horas entre comidas.
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