En general la tendencia más predominante fue la retro, que se pudo encontrar en diferentes desfiles. Empezamos con Duyos que evocaba a los años 80, con una colección atrevida, con dos líneas la primera que mostraba los excesos de estos años con tejidos brillantes y el uso de lentejuelas y pedrería, y otra más minimalista, donde cogen protagonismo los tejidos y los cortes. Hannibal Laguna también se inspiró en el pasado para mostrarnos una colección elegante y lujosa jugando con diferentes siluetas, escotes y volúmenes.
Juanjo Oliva también nos hizo viajar al pasado, en este caso a los años 70, el brillo y el colorido de la primera parte del desfile se convirtió en elegancia y pureza con outfitts en blanco, marfil y blanco roto, utilizando diferentes tejido.
Ana Locking, presentó su propuesta utilizando una escenografía llena de espejos que distorsionaban la imagen de los modelos y de las prendas. Prendas en tonos pasteles, destacando el amarillo, el verde y el rosa. Nuestro toque favorito las pieles, que cubrían abrigos completos o simplemente complementaban la prenda.
Aunque no cree tantas expectativas, ni repercusión mediática, el toque más sexy de la 30ª edición vino de la mano de Nuria Sardá, diseñadora de Andrés Sardá. Pudimos ver 5 partes, que hacen referencia a 5 momentos del día, el desayuno, el gym, el trabajo, la lluvia de la tarde y la noche, adaptándose a estos momentos con tejidos diferentes, desde las perlas y el encaje hasta la tela de toalla, perfecta para después del gym.
Terminamos el post con la propuesta de Alvarno, el ganador del Premio L’Oréal a la mejor colección, con una gran importancia de las pieles, del tartán y de los estampados animales. Sus principales piezas son los abrigos y los vestidos, envueltos todos ellos en un bosque nevado que cubría la pasarela.
Duyos
Hannibal Laguna
Juanjo Oliva
Ana Locking
Andrés Sardá
Alvarno
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