En un principio, ésta “técnica” está pensada para cabellos rizados, afro o muy secos, porque en teoría, aportaría mucha más hidratación que lavando normal, y el no llevar sulfatos hace que esa hidratación no se vaya perdiendo. Otros de sus beneficios son que los rizos se definen más, ayuda a eliminar el frizz, elimina la suciedad desde el interior y aporta suavidad.
Es un proceso que se puede hacer a diario, o también se puede ir turnando con días de lavado normal con champú, pero cuidado! que no sirve cualquier acondicionador, tiene que ser uno que no tenga siliconas.
Según he leído, el proceso es muy fácil, casi como si fuera un champú, se van poniendo pequeñas cantidades de producto sobre cabello húmedo y se deja reposar aproximadamente un minuto antes de empejar a masajear de raíces a puntas (va a hacer mucha menos espuma que un champú), se espera el tiempo que recomiende la casa y después se aclara bien con agua tibia. Por lo visto no hace falta repetir el proceso (que sí está recomendado en el caso de lavar con champú), se desenreda bien y se termina peinando como siempre.
Pero la teoría nunca es lo mismo que la práctica, y también he leído experiencias y comentarios de chicas que se han animado a probarlo y no están muy contentas con los resultados, el pelo les queda muy pastoso y a la vez, con la sensación de no poder peinarse, con poco brillo, grasiento, el producto al ser más cremoso se extiende muy mal, no hace espuma y por ello se tiene a echar más y más producto… sin embargo hay otras que si que están contentas, que el cabello se les cae menos, les dura más tiempo limpio, se les queda muy suave y brillante… en fin, a mi personalmente no me gusta nada la idea, y por supuesto, no lo voy a probar porque creo que un cabello con tendencia a graso, es lo último que necesita, pero si alguna de vosotras se atreve, me gustaría leer vuestros comentarios y opiniones, así que os espero aquí abajo!
Archivado en: Estropeado, Rizado Tagged: Estropeado, Rizado